domingo, 20 de diciembre de 2015

(5) Los incentivos.


     Un delincuente roba un banco porque juzga que el dinero que obtendrá es un incentivo mayor que el hecho de que puede pasar una temporada en prisión. Las personas responde a las recompensas potenciales. Ésa es la regla más básica de economía.

     Ahora bien, aunque el dinero desempeña un papel importante en la economía, no todos los incentivos son una recompensa en efectivo. Una persona puede rechazar un trabajo que le exige muchas horas pero bien remunerado, y aceptar un trabajo con menos horas pero con un salario menor, con el incentivo de tener mas tiempo libre.

     Existen incentivos ocultos en todas las cosas. Un ejemplo claro de eso son los supermercados estos ofrecen a sus clientes tarjetas de descuento, promociones, cupones que les dan derecho a descuentos ocasionales en sus compras. El cliente tiene un incentivo para comprar con mas regularidad en ese supermercado y como consecuencia el establecimiento tiene un mayor volumen de ventas. Otro incentivo para los supermercados es que la tarjeta les permite saber con precisión qué compran ciertos consumidores. Como consecuencia, no sólo tiene una mejor idea de qué deben poner en sus estanterías, sino que también pueden tentar a sus clientes con ofertas especiales y obtener dinero extra vendiendo los datos sobre los hábitos de compra a terceros.

     Incluso lo que aparenta ser un acto altruista resulta que no lo es realmente. ¿Cree usted que una empresa da miles de pesos a una obra de caridad debido a la bondad inherente o busca la recompensa emocional que tal acción representa? Piense en los beneficios que la empresa tendrá al realizar dicha donación.

     Los incentivos mueven al mundo, una persona hace algo por recibir otra cosa a cambio, un trabajador rinde mejor cuando es bien remunerado por su trabajo. En fin los incentivos son un pilar muy importante en la saciedad.